Esta semana desde el blog de JJChicolino nos gustaría hablar una vez más sobre uno de los mariscos más deliciosos del planeta: el mejillón. También hablaremos sobre sus diferentes formas de cultivo. ¿Sabías que existen únicamente dos formas de criar este bivalvo?
A continuación os explicaremos en qué consisten y también en qué se diferencian.
El cultivo de mejillón tradicional en bateas empieza por la obtención de la mexilla también conocida como cría, que puede realizarse por medio de cuerdas colectoras aprovechando así el desove del mejillón. Posteriormente se recoge la mexilla del medio natural arrancándose esta de las rocas y transportándola a la batea para su posterior encordado.
Tipos de cultivo de mejillón:
1. CULTIVO DE MEJILLÓN SOBRE FONDO
En primer lugar, destacar que esta forma de cultivo necesita una labor mucho menos intensa que los cultivos supendidos, pero el problema que se podría encontrar aquí es que los mejillones serían más susceptible de ser depredados y la cosecha podría ser menos previsible.
Un dato curioso es que en Wexford (Irlanda) la cosecha de mejillón se realiza en bancos naturales en aguas abiertas gracias a barcos especializados capacitados para trabajar en esas condiciones.
2. CULTIVO DEL MEJILLÓN SUSPENDIDO
En este tipo de cultivo el proceso es algo más complejo. Cuando hablamos de encordado, hablamos de una operación que consiste en adosar una cierta cantidad de mejillas alrededor de una cuerda con la ayuda de una fina red de algodón. Posteriormente estas cuerdas con las crías en ella, se sumergen en el mar pendiendo únicamente de la plataforma. Esta red se deshará a los pocos días, pasados unos meses se izaran las cuerdas desprendiendo y seleccionando el mejillón, tras lo que se volverá a encordar, obteniendo entre 2 o 3 cuerdas por cada una de las primeras. El crecimiento de los mejillones dependerá tanto de la cantidad como de la calidad del alimento disponible así como de la temperatura.
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