Desde JJChicolino esta semana queremos hablaros sobre uno de los elementos indispensables en el cultivo de mejillón: la batea. Pero en realidad ¿sabemos realmente cuán importante es el papel que ejerce este elemento?
Cuando hablamos de batea, hablamos de todas esas plataformas que a menudo podemos ver por las rías gallegas. Nuestra visión sólo nos permite ver una serie de plataformas flotantes en medio del mar pero debajo de ellas es dónde ocurre todo.
Una batea es una especie de arrecife flotante creado en Galicia el año 46 para el cultivo del mejillón. Desde que se inició esta actividad con el fin de poder cultivar y poder degustar de estos bivalvos el incremento de producción fue tal que se convirtió en una industria debido al gran nivel de producción anual. Con el paso de los años, Galicia sufrió tal aumento que se ha convertido en la región europea más productiva en el cultivo de mejillón, sólo una posición por debajo de la más productiva del mundo: China.
Como comentábamos, estos arrecifes flotantes suelen poseer una superficie de entre 100 y 500 metros cuadrados. Se construye con vigas de madera armadas en forma de retícula. Para poder soportarse en el mar se sitúan bajo estas vigas flotadores de acero recubiertos de fibra de vidrio que se rellenan de poliéster expandido. Las ya conocidas cuerdas empalilladas (un producto estrella de JJChicolino) se sitúan colgadas de este entramado y suelen tener alrededor de unos 10 metros de largo. Por último, destacar que el número de cabos por batea se limita a 500 por balsa ya que esto favorece el crecimiento del mejillón y evita la sobre explotación y saturación de las rías gallegas.
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